Pośród korporacyjnej nowomowy, wodzirejów nowoczesnej kultury, biurokratycznych układów i zależności Kazimierz Grochmalski próbuje przywrócić prawdziwe wartości, pragnienia i intencje, jakimi kieruje się współczesny człowiek. Nie jest to zadanie łatwe. W poszczególnych częściach cyklu autor próbuje odszyfrować maski, koneksje, zależności, obowiązki jakie nakłada na nas presja nowoczesnego stylu życia. Czy na dnie naszej duszy, wciąż jesteśmy niewinni, pragniemy dobra, miłości? Czy stać nas na bezinteresowność, prawdomówność? Diagnoza, stawiana w asyście Wittgensteina i Kafki, jest zaskakująca.

Poezja Grochmalskiego, to poezja konkretu i buntu. Autor, nawiązując do "Boskiej komedii" Dantego, zdejmuje pasek i leje po gombrowiczowskich pupach tych, którzy sobie na to zasłużyli. Nie robi tego z satysfakcją. Swoje klapsy wymierza w trosce o godność człowieka i przeciw jest postępującej degradacji.

With the recent developments in computing technologies and the thriving research scene in Complexity Science, economists and other social scientists have become aware of a more flexible and promising alternative for modelling socioeconomic systems; one that, in contrast with neoclassical economics, advocates for the realism of the assumptions, the importance of context and culture, the heterogeneity of agents (individuals or organizations), and the bounded rationality of individuals who behave and learn in multifaceted ways in uncertain environments. The book synthesizes an extensive body of work in the field of social complexity and constructs a unifying framework that allows developing concrete applications to important socioeconomic problems. This one-of-a-kind textbook provides a comprehensive panorama for advanced undergraduates and graduate students who want to become familiar with a wide range of issues related to social complexity. It is also a pioneering text that can support professors who wish to learn techniques and produce research in this novel field. Con los desarrollos recientes en las tecnologías de la computación y el floreciente dinamismo de las ciencias de la complejidad, economistas y otros científicos sociales tienen a su alcance una flexible y prometedora alternativa para la modelación de los sistemas socioeconómicos. Esta metodología, en contraste con la economía neoclásica, aboga por el realismo de los supuestos, la importancia del contexto y la cultura, la heterogeneidad de los agentes (individuos y organizaciones), y la racionalidad acotada de las personas que se comportan y aprenden de maneras muy diversas en entorno con incertidumbre. El libro sintetiza la extensa literatura que existe sobre la complejidad social, y construye un enfoque unificador que permite elaborar aplicaciones concretas con las que abordar importantes problemas socioeconómicos. Se trata de un texto singular dado que presenta un panorama comprensivo del campo de estudio, por lo que puede resultar de sumo interés para estudiante de licenciatura avanzados, y alumnos de posgrado que desean adentrarse en el tema. Asimismo, se trata de un texto pionero de gran utilidad para profesores y analistas interesados en aprender algunas de las técnicas del paradigma de la complejidad social para, de esta forma, aplicarlas en sus tareas de investigación.

Esta obra de Gregory Clark es un estudio por demás minucioso sobre movilidad social, pero esta vez, las medidas no son las convencionales en análisis contemporáneos sobre el tema. El autor echa mano de los apellidos para poner sobre la mesa lo que ha sucedido en países como Suecia, Inglaterra, Estados Unidos, China, Japón, Chile, India, entre otros. Las sociedades que aquí se analizan han sufrido transformaciones, han implementado políticas públicas en favor de las personas en pobreza; algunas han quitado privilegios a las familias de abolengo. Si bien ha sucedido todo para que cambien las tasas de movilidad social, los resultados no son prometedores. El que haya lugares en donde la calidad de vida sea mejor que en otros, no se traduce en mayor movilidad social. Si el esfuerzo se compensa poco, si las políticas públicas parecen no permear, si los cambios sociales no bastan… ¿Qué espacio queda para la movilidad? ¿Será que vivimos en una sociedad que ya es justa y no la vemos?